Es posible que Helena haya cumplido algunos años, pero no ha perdido en absoluto su belleza ni su sabor atemporales. Las peras Bella Helena siguen siendo merecidamente un postre popular.
Son una invención del gran Auguste Escoffier, el pionero de la cocina francesa moderna. Las creó en 1870, cuando tan solo tenía 24 años. Su nombre procede del personaje de la bella Helena de la opereta “La belle Hélène” de Jacques Offenbach, estrenada el 17 de diciembre de 1864 en el Théâtre des Variétés de París. Las peras dulces y maduras se pelan y se escalfan en vino blanco o agua con zumo de limón y azúcar. Una vez frías, se sirven con helado de vainilla y salsa de chocolate caliente. En la época de Escoffier, se adornaban con violetas confitadas, pero actualmente se terminan con un par de rosetas de nata montada.
Esta fabulosa combinación de peras jugosas, chocolate amargo y helado suave sigue siendo popular y se encuentra en el menú de postres de numerosos restaurantes excelentes. ¡Bon appétit! Por cierto, el melocotón Melba es también una de las creaciones de Auguste Escoffier.